martes, 31 de julio de 2018

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Todo lo veo rojo


Llegó el verano y lo pasé fatal pues ya tenía bastante pelo y hacía una caló pa morirse. Aprendí a tumbarme en el suelo que es el único sitio donde estaba fresquito porque mi mami, lo entendí después, tiene una manía y es que cuando hace calor primero se mete ella en la ducha, segundo riega todas las plantas ( a algunas las ahoga de tanta agua ) y tercera se pone a fregar frenéticamente el suelo. Así que yo me tiendo y estoy to perita.

Y así pasó el verano y volvió a llegar el frío. Yo no tenía buenos recuerdos de él pues ya os he dicho que me dejaron en un campo de chiquitillo metido en una caja de cartón en pleno invierno, pero bueno, en esta casa se estaba bien.

Mi mami me compró una sudadera to colorá, si, como os cuento, colorá como un tomate, como la manteca colorá, como la nariz de un payaso …… pues eso, que me la puso y me llevó de paseo. No tuve otra cosa que hacer que echarme a correr como un descosío y corrí y corrí y sudé y sudé y cuando llegamos a casa y me va a quitar la sudadera nos damos cuenta que estoy to colorao. Que vergüenza, yo era mu chiquetito pero ya sabía lo que era tener vergüenza, cosa que después perdí, pero no sabía donde meterme y claro donde mejor que a la ducha?.

De cabeza me metieron y yo sin querer mojarme y con un frio pelón que ni os cuento, pero reconozco que no había otra solución.

1 comentario:

Sí, dígame

  Ay Maruja que semana más mala llevo... Nah, una contractura en la espalda que no me deja ni moverme... Tal que si me hubiera comido el pal...