Mi queridísima Angustiada, vivo sin vivir en mí y es que he tenido un percance con el descapotable. El otro día pinché una rueda y como es natural se me desinfló. Lo del pinchazo lo he resuelto sin ningún problema puesto que se me da bien esto de la mecánica pero lo de inflarla, ay palomita mía, eso ya es otra cosa. Tres días llevo en el intento con un embudo y un abanico pero el aire tal como entra vuelve a salir. Sufro mucho de pensar que tú estarás , como vulgarmente se dice, compuesta y sin novio. Quiero que sepas que tu anhelo es el mío pues me cuesta seguir respirando sabiéndote tan triste. ¡ Que no daría yo por ser águila imperial o incluso calva y poder volar hasta tus brazos !. El sol es un enemigo contumaz en estos momentos, el agua del botijo ya se me ha terminado y no tengo con qué aliviar mi sed de ti. De vez en cuando chupeteo tu foto y algo me alivia pero esto es demasiado cruel. La hija de la gran puta de la rueda no termina de inflarse. El brazo lo tengo ya de abanicar como Rafa Nadal y no le veo color. Por favor mi amadísima Angustiada, espérame un poco más que por tí soy capaz de irme andando y con el traje de terciopelo puesto. Lo mío es amor verdadero, de eso puedes estar segura.
Tuyo siempre
Malaquías del amor hermoso ❤️
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