Ayer tuve una tarde muy productiva en cuanto a lectura se refiere. Estoy leyendo "Nubosidad variable" de Carmen Martín gaite y se ve que es mi momento perfecto para este libro. Andaba inmersa en la lectura pero sudando como un pollo así que me fui desplazando a diversos lugares de la casa, cual abejita libando de flor en flor, hasta que me acomodé en el dormitorio, encendí el ventilador de techo que es de los mejores inventos que hay ( ni aire acondicionado ni pollas, y ya sé que digo palabrotas). Total, que cuando me quise dar cuenta ya era de noche, miré hacia la ventana y algo me atrajo como un imán. Era la gran luna, la primera de julio. Una enorme bola brillante que tenía ante mí y pensé que lo mismo tú, a cientos de kilómetros, podías estar mirándola también. Entonces la luna a la vez que nos conectaba sería la sujetavelas de nuestra relación secreta y me atreví a susurrarle un poema muy romántico de Ángel González para que te lo transmitiera y así recordarte mi amor y hacerme la interesante a la vez. Pues eso, que si te dijo algo mándame un WhatsApp y me lo cuentas pa yo quedarme tranquila.
martes, 4 de julio de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un día tranquilo
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...

-
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
-
V enid, hermanas, venid Os necesito He vuelto a caer y yo sola no puedo con este peso He llorado lágrimas secas, vomitado sollozos mudos d...
-
A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario