Son las siete de la tarde de un día otoñal. El viento y el frío se apoderan de la calle. Después de estar un par de horas leyendo, Juanan y yo hemos optado por oír algo de música tranquila, concretamente a Joao Gilberto. La tranquilidad se va apoderando del espíritu y las notas invaden el espacio transportándonos a otro lugar, casi diría, a otro planeta donde no hay guerras ni gente mala. Algunos diréis que vaya aburrimiento y que ya estamos viejos. ¡ Sí supierais lo afortunados que somos al poder hacer esta disociación!. Ya lo entenderéis dentro de unos años... O no.
viernes, 10 de noviembre de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sí, dígame
Ay Maruja que semana más mala llevo... Nah, una contractura en la espalda que no me deja ni moverme... Tal que si me hubiera comido el pal...
-
Despreciable Pablo Motos: ante todo decirte que no veo tu programa, nunca me has caído bien y por los numerosos memes, veo que lo utilizas...
-
Durante mucho tiempo fuí una persona en blanco y negro hasta que un día te conocí y empezaste a colorearme. Primero me pintaste una sonris...
-
No sé si te vi porque miré o miré porque te vi pero enseguida cerré con fuerza los ojos para tatuarme tú imagen en la retina. Y ya todo er...
No hay comentarios:
Publicar un comentario