Yo ya tenía el corazón con el cartel de " Aforo completo " y cuando vino a casa me reusaba a hacerle hueco. Me seguía a todas partes y yo no quería quererlo. Una noche lo acosté en su cama que puse junto a la mía y aún así no dejaba de llorar. Lo cogí de malhumor y lo metí en la cama conmigo. Ya llevamos ocho años durmiendo el uno junto al otro. Le encanta lamerme los pies y que yo le rasque tras las orejas. Ya no sabría vivir sin él. En un corazón bueno siempre cabe uno más.
martes, 28 de noviembre de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un día tranquilo
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...

-
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
-
V enid, hermanas, venid Os necesito He vuelto a caer y yo sola no puedo con este peso He llorado lágrimas secas, vomitado sollozos mudos d...
-
A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario