Soy puta. Sí, puta, para que le vamos a poner otro nombre, pero soy sincera conmigo misma porque me acepto así. Empecé por pura necesidad, porque me vi en la calle y no tuve otro remedio pero con el tiempo ya no busqué otra cosa. No me drogo ni fumo pero sí bebo, es como algo necesario para aguantar a algunos. Cobro por dar lo que debería recibirse gratis: amor ( llámalo sexo ), comprensión y consuelo. Todo fingido, por supuesto, pero tengo que hacer que cada cliente se sienta especial. Algunos vienen con la cabeza gacha, como sintiéndose avergonzados desde que pasan mi puerta y otros en plan gallo, pero aquí, pongo yo las reglas. Eyaculan con rabia y creen que me dan satisfacción cuando lo único que dan es asco. Otros me hablan de sus mujeres, lo típico " mi mujer no me entiende como tú". Cariño, yo tampoco te entiendo ni te escucho, pero para esto me pagas. Todos se van a su casa sintiéndose más hombres o más comprendidos o menos solos. Al fin y al cabo esto que hago yo también es un trabajo social.
sábado, 13 de enero de 2024
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