Una música de piano entra por la ventana que a pesar de ser febrero tengo abierta. El aire la trae como si fuera un recién nacido, en brazos. Entra de puntillas porque no quiere inmiscuirse en ningún alma sin que le den permiso. Se reparte por toda la habitación con dulzura. De pronto, todos callamos y se nos ve la ausencia en los ojos. Ya no estamos aquí, cada cual se ha ido a un momento diferente de su vida. Yo me voy a mí infancia donde siempre me encuentro. Juego con mi muñeca preferida, de vez en cuando miro a mí madre que hace punto en el sofá. La veo desde mi poca altura, tan guapa y tan ausente como siempre pero sé que sí está ella no me pasará nada malo. El mismo piano que me lleva me trae y ahora soy yo esa madre que cuida a los demás y en quién confían.
martes, 6 de febrero de 2024
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