El amor de mi vida no fue el primero, ni el segundo, ni el tercero... Llegó en la madurez y en circunstancias especiales. Llegó cuando tenía que llegar, ni un minuto antes ni después. Justo cuando las frutas de temporada estaban jugosas y listas para ser saboreadas. Ese amor se mantiene durante años porque se cuida día a día, no se mancha con la mentira ni con la deslealtad. Se abona tanto con caricias como con conversaciones. No hay ningún rincón que no se cuide y de vez en cuando, si los nubarrones se acercan y la tormenta arrecia, ese amor busca cualquier lugar donde refugiarse. Yo le presto mi paraguas y el me ofrece su abrigo. Juntos podemos con todo. No importa que el amor verdadero no sea el primero lo importante es que sea el último.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un día tranquilo
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...

-
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
-
V enid, hermanas, venid Os necesito He vuelto a caer y yo sola no puedo con este peso He llorado lágrimas secas, vomitado sollozos mudos d...
-
A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario