Hay veces en que una cama se convierte en un campo de batalla amoroso. Las pasiones se desatan, las caricias, los susurros, las miradas acomodadas a la penumbra, los besos recorren todas las trincheras de la piel, los dos combatientes están allí por voluntad propia, gane quien gane nadie pierde... Ojalá todas las guerras estuvieran hechas de amor y todos los campos de batallas fueran sábanas arrugadas.
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Un día tranquilo
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A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...
El problema es que al final hay que planchar
ResponderEliminarYo no plancho nada 😁
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