Hay veces en que una cama se convierte en un campo de batalla amoroso. Las pasiones se desatan, las caricias, los susurros, las miradas acomodadas a la penumbra, los besos recorren todas las trincheras de la piel, los dos combatientes están allí por voluntad propia, gane quien gane nadie pierde... Ojalá todas las guerras estuvieran hechas de amor y todos los campos de batallas fueran sábanas arrugadas.
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Rayuela
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T e olvidé en defensa propia. Ya no podía arrastrar el peso de tu recuerdo. Tantos besos que nos dimos se me quedaron clavados en los labi...

El problema es que al final hay que planchar
ResponderEliminarYo no plancho nada 😁
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