Pasear por toda calle Larios hasta mitad de la Alameda con la falda levantada por detrás y enseñando el culo. Sí, así de simple, así de penoso y así de " propio de mí ".
Yo toda feliz y diciéndole a mi amiga: a pesar del sol de vez en cuando me viene un fresquito así como raro. Todo esto, parándonos en las tiendas y escaparates. Cuando llegamos a la Alameda me siento un poco cansada y decido coger el bus C1 que es el primero que pasa. Por casualidad había un sitio libre junto a un chico muy mono y de la edad de mi hijo. Ya la mayoría de los hombres que merecen la pena son de la edad de alguno de mis hijos. Pues bien, me siento y noto el asiento también frío y pienso que me está dando un parraque porque noto frío por todos lados. Cuando el chico se quiere bajar me pide permiso muy educadamente. Yo, por supuesto, me vuelvo a levantar para dejarle espacio y por un instinto de supervivencia me toco el trasero y me doy cuenta del infortunio. " Trágame tierra" es lo primero que pienso. Pronto llega mi parada y salgo pitando cual correcaminos persiguiendo al coyote. Se lo digo más tarde a mí amiga y me consuela diciéndome: es que tú siempre vistes muy alternativa. No sé si reírme o matarla 🥴🥴
No hay comentarios:
Publicar un comentario