Hay que ser muy valiente para despertar de un sueño amable y calzarse un nuevo día. No sabes lo que va a pasar y la incertidumbre es lo más aterrador. Vivimos, no porque seamos valientes sino porque somos inconscientes; si nos parásemos a pensar, solo un instante, nos volveríamos a la cama y dejaríamos la vida seguir sin nosotros.
También hay que ser muy valiente para cerrar los ojos y quedarte sola en la más absoluta oscuridad. Comienzas un camino que no sabe hacia donde te va a llevar : sueños dulces, o terroríficos, o premonitorios o un sin fin de cosas más. En realidad hay que ser valiente para estar aquí ya sea en el sueño o en la vigilia.
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