- Ay, hola chicas que casi no llego.
- Por Dios Lozana que vienes con los pies mirando pa los portales.
- No te rías Histeria que vaya día llevo.
- ¿ Pero que ta pasao ?
- Na que ayer nos fuimos mi Antonio y yo a Tarifa
- Oin que bonito.
- Pues eso que nos fuimos en la moto. Yo ya notaba un aire cabroncete pero como mi Antonio es tan grande, yo me arrebujé a su espalda e iba bastante bien.
- ¡ Que romántico !
- Si, muy romántico pero cuando llegamos del frío no podía cerrar las piernas. Parecía un puente romano. Vamos una cosa digna de ver. Me empezó a dar masajitos y más o menos me arreglé. Estuvimos dando paseítos por allí y todo muy bien. Muy bien hasta que me tuve que subir otra vez en la moto pa volver. La cadera se me desencajó, la mandíbula me llegaba al suelo. La gente haciendo ya corrillo y a mí Antonio no se le ocurre otra cosa que poner la gorra a ver si caía algo. En fin que yo me veía, más desencajá que una puerta vieja.
- ¡ Pero Lozana tú lo llevas con mucha clase !
- Si, tú tienes ese aire de señorita que todo te sienta bien. Hasta llevar cada pierna en una acera.
- No os riáis cabronas que a a ver cómo me monto mañana en el metro pa ir al curro.
- Saca dos billetes.
- Que graciosa eres, Pérfida.
- ¡ Tú ves, eso no me pasa a mí !. Yo no me abro de piernas pa na.
- Angustiada, pa montarte en la escoba, sí.
- Pero Histeria, ¿ Que hemos hecho para merecer este castigo ?
- Pero si soy la sal de vuestra vida... El perejil de vuestra salsa... El sol de vuestras mañanas... El...
- Si hija, sí pero a esta a ver quién le cierra las piernas que va a coger frío.
- Eso digo yo. Así no me hallo.
- Po ta guantas. No tengas novio con moto 😑
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