Hace mucho tiempo, allá por los sesenta-setenta, empecé a tomar conciencia de pueblo obrero y libertad y eso fue gracias a compositores y cantantes como Pablo Milanés o Silvio Rodríguez que me mostraron el poder de las palabras más que dichas, cantadas. El movimiento Nueva trova cubana, del que ellos fueron fundadores, nos mostraba una realidad que aquí en España se desconocía hasta entonces. Me aficioné a esa música que pedía justicia y desgarraba corazones, a reivindicar la vida de víctimas inocentes de las dictaduras que imponían y pagaban los EEUU en latinoamérica como si fuera su coto de caza, a las manos cortadas de Víctor Jara, a los desaparecidos de Argentina, a los que tiraban al mar encadenados y yo, con mi poca edad y conocimiento, vi que aquello me conmovía, que no era justo y que esa sensación iría conmigo toda la vida.
Ayer se nos fue un compañero, un buen hombre ( me consta ) y por supuesto, excelente compositor y cantante. Ayer se fue a brillar desde arriba, desde el infinito universo, Pablo Milanés. D. E. P.
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