Como otras noches la ansiedad me hizo salir de mi casa, también como otras noches me puse a caminar por la arena de la playa que refrescaba mis pies. El olor a salitre y el rumor de las olas siempre me tranquilizan. De pronto tuve una sensación extraña y me paré en seco, alguien me observaba y no sabía que hacer. Miré hacia uno y otro lado pero no vi a nadie, entonces algo me empujó a levantar la vista al cielo y la vi majestuosa salir de entre las nubes. Era Catalina, la luna, que me guiñó un ojo y sin palabras me dijo : tranquila, todo va a estar bien
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