Hola, me llamo Daryna, tengo 35 años y he tenido que salir de mi país, Ucrania, por causa de la guerra. Al llegar a Polonia nos esperaban con comida caliente y ropa de abrigo. Viajo con mi hija de seis años, mi marido se ha tenido que quedar para defender nuestro país. No queremos pertenecer a Rusia, nos sentimos europeos y ese es nuestro delito. Nos están recibiendo muy bien y noto que nos quieren y apoyan. Lo he dejado todo allí, apenas he podido coger algo de ropa y las medicinas de mi hija y no sé si algún día podré volver. Siento que mi vida se ha quedado atrás. Doy un paso detrás de otro hacia otro país donde no conozco a nadie, ni siquiera conozco el idioma. Esta guerra es muy cruel e injusta como todas las guerras.
Mi nombre es Victorine y soy de Camerún. He tenido que dejar mi país debido a los conflictos bélicos. Viajo con mi hija de seis meses en brazos. Salí de mi país nada más parir y aún estoy dolorida. He tenido que cruzar a pié Nigeria, Níger y Argelia para llegar a Marruecos donde nos metieron en una barca con destino a España junto con otras cincuenta personas. La mayoría éramos mujeres y niños, los hombres o están muertos o combatiendo. Algunas personas no resistieron el viaje y las tuvimos que echar al mar quedando varios menores solos. Al llegar a Algeciras nos encerraron en unos pabellones sin apenas mirarnos a la cara. Dicen que somos ilegales pero solo huimos de una guerra. Mi futuro y el de mi hija es muy incierto pero no quiero volver a África donde todo es horror, enfermedades y hambre.
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