domingo, 30 de julio de 2023

Él


 

Mes de julio en Málaga y estoy tumbada sobre la cama, es la hora de la siesta y voy cerrando los ojos poco a poco. La ventana abierta de par en par deja entrar los sonidos de la calle: el zureo de las palomas, el reguetón del vecino, un niño con una pelotita, las cotorras que se han adueñado del barrio.... Todo hace un collage que asusta al descanso. Yo insisto en relajarme y en no abrir los ojos pero de pronto noto como viene hacia mí, entra en el dormitorio y me toma por descuido. Lo rechazo pero es más fuerte que yo y me abraza contra mi voluntad. Me quiero levantar a cerrar la ventana pero ya es tarde. Si me muevo será peor y opto por hacerme la muerta para ver si así se va, pero no, él insiste en recorrer todos los rincones de mi cuerpo. Aún así me revuelvo entre las sábanas ya arrugadas y húmedas. Él me mira con ojos diabólicos y lanza sus zarpas sobre mí.  No hay centímetro de piel que no me roce y es entonces cuando comprendo que muy a mi pesar me tengo que rendir. Es mucho más fuerte que yo y se aplasta contra mi cuerpo. Es el maligno. Ya está aquí y no se irá sin terminar su cometido. Es el que siempre gana... Es el TERRAL.

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