Hace un par de meses me saqué el carnet de la biblioteca para seguir leyendo sin comprar libros porque ya no me caben en casa. El otro día cogí uno que me atrajo por la portada muy colorida : Mujeres que compran flores. Empecé a leerlo y vi que era muy ameno y muy “ femenino “. Trata de cinco mujeres de diferente ámbitos sociales que se hacen amigas y se reúnen en la floristería que hay en la plaza del Angel en Madrid, la más antigua de la capital. Entonces me di cuenta que a la vez de femenino es feminista pues cada una cuenta una historia totalmente actual. Una que se ha quedado viuda y el mundo ha muerto para ella porque siempre ha sido la copiloto de su propia vida. Otra superwoman, mujer con un alto cargo en una compañía a la que el marido hace sentir mal porque “ descuida” su papel de esposa y madre. Y sí, por mucho que nos hayamos liberado aún se espera de nosotras que sigamos siendo las esposas sumisas y las amantes madres. Somos crisálidas que no dan el salto de convertirse en mariposas y salir volando. Yo me considero una persona feliz aunque una parte de mí quiere otra vida, esa de andar caminos y surcar mares pero con la educación que me dieron y que recibieron todas las mujeres de mi generación, eso es algo impensable. Aunque seamos mujeres trabajadoras y aparentemente libres, nuestra mente no se ha liberado y seguimos dentro de ese capullo. Espero que generaciones venideras sean capaces de transformarse en mariposas sin tener que mirar atrás.
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