Cuando sea aire jugaré con las cometas y me haré amiga de las águilas para que vuelen más alto. Despeinaré a los chiquillos y levantaré la falda vaporosa de las damas. Me volveré fuerte como un huracán para que me teman y otras veces seré brisa leve para acariciar tu cara. Me llevaré las hojas muertas de los árboles para mecerlas por última vez y tú me sentirás a tu alrededor sin verme.
Pero aún no soy aire, ni viento, ni brisa. Solo soy una roca que sueña, que aguanta todo tipo de tormenta; que espera aquí quieta a que se produzca el milagro de levantar esta pesada carga. Todo me pesa menos los sueños.
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