Son las tres de la tarde y tengo la barriguita pronunciá por la comida que me acabo de zampar, así que, me tumbo en el sofá y empiezo a entornar los ojos con intención de pasar la tarde con Morfeo. De pronto me despierta un runrún, el teléfono que suena, lo cojo porque estoy esperando una llamada del médico y pienso que puede ser él.
Buenas, soy Luis Alberto Federico de todos los santos - yo me digo : ay camarón que te ha tocado la china -. El buen señor sigue con su cometido. ¿ Es vd la titular de esta línea telefónica?. Le voy a ofrecer un descuento en su próxima factura junto con el regalo de un móvil de última generación y un crucero a los países nórdicos con todo incluido.
Verás querido, yo solo soy una señora que pasaba por aquí y en vista que este aparato no dejaba de sonar cual niño con llorera, he decidido cogerlo para acunarlo entre mis pechos y sin saber cómo se me ha puesto a hablar sin más, pero vamos, que yo no tengo nada que ver con esta familia y no entiendo por qué dejan a un pobre bebé móvil así como así.
Y ahora usted disculpe pero es la hora de mi medicación y no vuelva a llamar que me he quedado con su cara.
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