Como muchos ya sabéis, me gusta dedicar las tardes para leer. Mi sitio favorito de lectura es un sillón junto a una ventana que da buena luz. Desde la ventana a la acera hay una altura de no más de cuatro o cinco metros y son muchas las personas que se paran a charlar ahí.
La semana pasada estaba leyendo y me interrumpió una conversación que atrajo mi atención
- Hola Carlos, cómo va todo
- Ay chico, perdona pero casi ni te veo
- Si, ya he visto que vas corriendo como siempre
- Ya sabes, este trabajo y la cabeza que no la llevo puesta
- Pero Carlos ¿ aún andas con eso ?
- Si Matías, o me decido a darle una solución o es mi ruina
- Solución no hay otra más que la que te dije
- Tío es que me parece muy fuerte. No me veo capaz
- Carlos o lo haces o no. Tú verás
Aquí es cuando ya definitivamente dejo el libro y pego más la oreja.
- Matías, no es fácil
- Nadie ha dicho que lo sea pero ... tú mismo. Yo lo hice y ya me ves, aquí como un rajá.
Aquí se quedó la cosa hasta unos días más tarde en que se encontraron dos chicas que trabajan por aquí cerca cuidando a personas mayores.
-Hola Isabel
- Hola Carmen.¿ Como va la cosa ?
- No sé que decirte Isa, mi señora no levanta cabeza. Cada vez la veo más apagada
- Es que la pobre está ya muy mayor y tan sola...
- No creas, últimamente le ha dado por venir al hijo. Tantos años sin acordarse de la madre y ahora aparece.
-¿ Ese tal Carlos que te contrató ?
- Si, Isa, ese
- Se ve que es generoso porque menudo sueldo te puso.
- ¡¡ Que va!! El sueldo me lo paga la señora de su cuenta. Por lo visto son gente de posibles y tiene muchos pisos arrendados. El hijo quiere que suba las rentas pero la señora dice que mientras ella viva, nanai.
- Pues menudo chollo le va a quedar al tal Carlitos
- Ya te digo, por eso le ha dado ahora por venir tanto. Ya le ve las orejas a la muerte
- Nunca se ha ocupado de la madre y mira ahora
- Además, Isa, que por lo visto se ha comprado un pedazo casa que no puede pagar.
- Pues bien que va siempre presumiendo.
- Y lo que no entiendo es que todas las tardes se empeñe en ser él quien le prepare el té a la madre. Uno de esos raros que ha traído de no sé dónde.
- Chiquilla, que se nos ha ido el santo al cielo y no veas la hora que es.
- Ay Dios Santo, hoy me despiden seguro.
Yo a estas alturas de la historia ya tenía la novela hecha en mi cabeza. Era como Miss Marpple atando cabos. Jeje imaginativa que es una. Sigo varios días más con mi lectura. Un libro muy curioso de un malagueño hablando cosas de aquí. Un tal Patrick Tuite, no sé si lo conocereis, y al cabo de un par de días escucho :
- Coño, ¡¡ Carlos pareces otro !!
- Hola Matías, si, se solucionaron mis problemas por fin.
- Y eso
- Na que mi mujer metió en la ONCE y nos ha tocado un pellizquito, lo justo pa tapar agujeros y darnos un poco de tranquilidad.
- Entonces de lo que te propuse ya ni hablamos
- Que va tío, yo no sirvo pa montar una discoteca y menos en la costa.
- Bueno Carlos, me alegro que te vayan bien las cosas y si me necesitas, ya sabes
- Que si Matías, quédate tranquilo.
Eso de piensa mal y acertarás no siempre es cierto, de hecho, casi nunca. 🤭
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