Dedicado a Enrique Blanco
Hace un par de años me propuse escribir una novela seria. Ya tenía preparado los personajes y la ubicación de la historia. Una novela de odio, amor, desamor, otra vez amor, desastres, celos, mentiras y un montón de cosas más. Estaba ubicada en Salamanca y durante el mes de febrero se iba mi querido amigo Enrique a pasear por aquellas calles, con más frío que vergüenza y sabañones hasta en las orejas, a hacer fotos para mandármelas ( nunca se lo agradeceré lo suficiente ). Lo dejé ahí parado durante un tiempo y ahora cuando voy a retomarlo resulta que la chica protagonista me dice que ni flowers, que ella lo que quiere es meterse a hippie e irse a Pernambuco porque se lo ha dicho la virgen y no quiere dejarla colgá. El protagonista se me ha hecho Hare krishna y ahora está en la India vestido de calabaza y tocando los platillos como tití de tómbola. La mala malísima se quiere meter a cura porque ha encontrado su vocación. Total, que esto es un pifostio que no sé cómo voy a enderezar. A ver si se cansan ya y vuelven al camino recto y yo continúo con la historia.
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