Siempre veía a mí abuela apretando entre las manos un pañuelito bordado, un día, cuando ya era muy mayor quizás para recordar, le pregunté que por qué no lo soltaba nunca. Ella me miró con ojos de ayer, abrió las manos, abrió el pañuelo y aparecieron unos pendientes de oro, antiquísimos. Me explicó que aquellos preciosos zarcillos se los había regalado el abuelo Alfonso justo el día que se fue a la guerra. Él no volvió, lo mataron por rojo , ya ves, él que no se metía con nadie - me dijo mi abuela con lágrimas en los ojos -. Los volvió a envolver en el pañuelito y me lo puso en las manos, yo también lloré cuando me dijo - toma, son para tí porque eres la digna heredera de tu abuelo -.
jueves, 22 de junio de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Rayuela
Hace ya algunos años leí el afamado libro Rayuela de Julio Cortázar. La verdad es que leído tal cual no me pareció gran cosa pero decir qu...
-
Ayer anduve por nuestros lugares. Me senté en nuestro banco y miré el mar por las dos. Sentí que de nuevo estabas a mí lado cogiéndome la ...
-
Esta tarde, después de comer, he cerrado un rato los ojos y he tenido un viaje astral. Juanan que es muy prosaico dice que solo me he do...
-
T e olvidé en defensa propia. Ya no podía arrastrar el peso de tu recuerdo. Tantos besos que nos dimos se me quedaron clavados en los labi...

No hay comentarios:
Publicar un comentario