Tu vientre caliente contra mi espalda
Tu mano en mi seno
Tu boca susurrante en mi oído
Todo es revuelo de sábanas
La luz de la luna que entra
Tú suspiras
Y yo que te digo:
Chiquillo, échate p'allá con to la caló que hase
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...
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