Anoche el insomnio me volvió a atacar por la espalda. Como ya no sabía que hacer me puse a pensar en tí y pensé que volvías y que hablábamos de mujer a mujer y nos contábamos cosas que nunca dijimos. Tú me confesabas que habías sido una mujer infeliz, que tú marido no te llenaba y que te te hicistes madre porque era lo que se esperaba de tí. Que nunca te satisfizo el sexo, que te sentías una mujer florero siempre en casa. Yo te decía que había sido una niña sobreprotegida, lo que me hizo ser insegura y con múltiples complejos. Tampoco fui afortunada en el amor y también busqué llenar mi vida con los hijos. Tú nunca imaginaste nada y lo entendí. Así hablando contigo me fui quedando dormida. Tú antes de irte me arropaste y susurré un tenue : adiós mamá.
viernes, 1 de marzo de 2024
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