Cuando dices todo lo que tienes que decir, con respeto y educación, por supuesto, te quedas como si te hubieras limpiado las tripas. Te tiras media vida intentando no hablar para no hacer daño y te lo vas guardando todo hasta que el daño te lo haces tú y tienes una perforación de vísceras por donde sale toda la mierda que llevas dentro. No es culpa de nadie como se toma la otra persona lo que le estás diciendo, reitero, que siempre con educación, y si sienta mal pues que siente que bastante llevas aguantado ya. Pero claro, eso suele pasar cuando tienes acumulada cierta cantidad de años y experiencia, cuando te importa ya una higa lo que piensen de tí , y cuando tu salud mental y emocional va por delante de todo y de todos. A mí no me gusta el sincericidio porque no veo bien eso de ir soltando por ahí lo que piensas sin ton ni son, pero, oye, que te lleven media vida dando por saco y tú sin levantar la voz por evitar ciertos enfados pues como que no. Y en esas estoy, en lo de ir poniendo límite a ciertas personas y circunstancias para delimitar mi espacio vital y que no me coman el terreno. ¡ He dicho !
lunes, 22 de abril de 2024
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un día tranquilo
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...

-
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
-
V enid, hermanas, venid Os necesito He vuelto a caer y yo sola no puedo con este peso He llorado lágrimas secas, vomitado sollozos mudos d...
-
A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario