Llegaste solo con tu equipaje y sin batalla alguna ganaste mi plaza. Desde el principio te rendí vasallaje en todos los lugares menos en uno, entre los lienzos blancos de mi cama. Allí yo era la guerrera, la emperatriz, siempre la ganadora y tú te deshacías por complacerme hasta que llegábamos a un " entente cordiale ". La paz se firmó hace ya casi veinte años y ahora somos dos conquistadores cansados que solo buscamos paz.
sábado, 10 de agosto de 2024
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