Y ya llegamos al tercer acto de mi vida. Eso sí, con los mismos actores y el mismo decorado. Paredes de cartón piedra y ventanas simuladas. Nada ha cambiado pero sé que este es el final de una función que empezó hace años. No espero grandes sorpresas, el guión tampoco es gran cosa y quiero terminar con la mayor dignidad para que no digan que no fui capaz de ser una buena actriz hasta el final.
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