Me gustaba mucho pasear por la playa de noche cuando la arena deja de cargar con el peso de tanta humanidad y se deja abrazar por el mar. Y digo, " me gustaba ", porque después de aquella noche no he vuelto a hacerlo. Andaba yo disfrutando de la frescura de la arena en mis pies y mirando la luna menguante cuando vi que alguien estaba sentado en la orilla. No sentí miedo a pesar de ser bastante cobarde. Llegué a su lado y escuché una voz firme que me dijo: siéntate, por favor. Me quedé mirándolo con sorpresa porque no vi que moviera los labios a pesar de seguir oyendo su voz. Sus ojos eran verdes y tenía las pupilas muy dilatadas. Me dijo que no me asustara que solo era su midriasis y aunque aquí era poco común, en su tierra era lo normal. No sé que cara puse pero señaló una luz en el cielo y me indicó que venía de allí, de ese lugar lejano. Seguí escuchando su voz sin palabras y me sentí muy tranquila, era una paz que emanaba de él. Nos quedamos toda la noche allí, sentados en la arena y escuchando el mar. Debí dormir un buen rato y al amanecer me desperté y vi que ya no estaba a mí lado. No sé que pasó pero cuándo llegué a casa y puse la TV apareció una foto suya y el titular " El asesino de la playa ha sido detenido por fin "
domingo, 25 de agosto de 2024
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