jueves, 2 de agosto de 2018

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El Vete


Estoy aquí to tirao en el sofá con mi mami que está leyendo y me da por recordar el día que me puse malito y me tuvieron que llevar al Vete. No se por qué de pronto una mañana me desperté vomitando, era un no parar, mi mami se asustó un poquito o un muchito, según se mire, y me llevó enseguida a la clínica. Allí me echó un vistazo mi Vete y empezó a hacerle varias preguntas a mi mami. Cosas como que desde cuando estaba malito, con qué frecuencia vomitaba y la pregunta clave : que había comido el día anterior ?.
Mi mami se puso un poco nerviosilla porque sabe que no me da exactamente la comida que debe, es decir, el pienso propio de mi especie y no se atrevía a decir nada. Yo me chivaba con un continuo “ guau “ pero se ve que nadie me quería escuchar..
Después de un rato haciéndose la loca va y suelta: pues ayer comió un buen plato de lentejas con su choricito y su morcillita y muy rico que estaba y se quedó tan pancha. El vete no se lo podía creer y al momento adivinó que es lo que me pasaba. Por mucho que le explicaba a mi mami que eso no me lo podía dar, ella no entendía y le respondía diciendo que también me gustaba mucho el puchero y la paella.
Me mandó unas cosillas que allí mismo me compró y le hizo prometer que ya nunca más me daría de su comida ( cosa que no ha cumplido pues por las noches me da fruta ).

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