Reflejos

 

Ayer iba tan tranquila por la calle cuando vi venir a una " señora ". Me quedé mirando porque a pesar de sus años - calculé unos 60 - iba con un vaquero roto por las piernas, una camiseta de Frida Kahlo, botas y chupa de cuero. Se la veía muy segura de sí misma, pisando fuerte y con la cabeza bien alta. Pensé que era una buena forma de ir por la vida a esa edad en la que te haces invisibles a los demás. Con el paso firme porque ya sabe que terreno pisa, la cabeza bien alta porque no se siente pequeña, sin necesitar la aprobación de nadie. Conforme me acercaba logré ver unos ojos chispeantes y una sonrisa pícara en sus labios y pensé que parecía feliz de ser quien era. Y yo también me sentí feliz al acercarme más aún y ver que aquella " señora " era yo reflejada en un escaparate.