Es así Víctor, siempre he sabido que eras un poco voyeur pero no hasta que punto. Empezaste espiando a Victoria, aquella puta que creías que era tu ex y aún sabiendo que te habías equivocado la buscabas de noche en las esquinas. Más tarde lo de Marta fue muy fuerte. Dejarla morir mientras solo mirabas por miedo a llamar a una ambulancia y que se enterará su marido de lo vuestro; sí, muy fuerte y eso que tampoco había sido para tanto. Y allí te quedaste también mirando a Eugenio, su hijo, durmiendo sin saber lo que había pasado. Y ese morbo después por conocer a su marido y a su familia me parece insano. No es normal , acéptalo, eso de ir persiguiendo a las personas para meterte en sus vidas con calzador, no es de recibo y después ir siguiendo a Luisa, hermana de la fallecida Marta, hasta enterarte de sus más bajos sentimientos dice muy poco de tí. A no ser que por tu profesión de guionista necesites material para escribir. Pues eso, que cuando empecé a leerte no pensé que la cosa iría por aquí.
Mañana en la batalla piensa en mí y cae tu espada sin filo ; desespera y muere.
Ricardo III
W. Shakespeare
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