Había una vez un corazoncito todo nuevo, rojo y redondito como una manzana. La gente lo miraba con asombro de tan reluciente que estaba. Un día llegó alguien y lo quiso acariciar con tan mala fortuna que sin querer le rompió un trocito. El corazón lloraba sin cesar porque ya no estaba nuevo. Un día, por el trocito que faltaba, entró un rayo de sol. Otro día entró el viento que portaba una semilla y más tarde también llegó un poco de lluvia. Todo se conjugó para que la semilla germinara y se convirtiera en una linda planta cuajada de emociones. Con el tiempo esas emociones se convirtieron en sentimientos que pudo compartir con los demás y el corazón se dió cuenta que al romperse fue cuando realmente empezó a vivir porque dejó entrar a los demás.
sábado, 14 de enero de 2023
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