Quiero llorar, necesito llorar, pero no puedo. Debo tener algo así como una especie de retención de líquido lacrimal o de deshidratación sentimental. Esto lo padezco desde que en 2015 murió mi madre y yo me quedé tal cual, como si nada, levanté un dique de contención de la pena. Desde entonces no he llorado por nada ni por nadie por muy triste que sea la situación. Reír tampoco es que ría mucho, es más bien una sonrisa social, incluso a veces una mueca grotesca que quiere parecer una estampa de felicidad. Una sonrisa que me pongo cuando me lavo la cara cada mañana y mantengo con mayor o menor éxito durante el día.
sábado, 25 de febrero de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Se fue, se fue
Viene hacia mí con paso firme, mirándome a los ojos con confianza porque sabe que estoy aquí esperando, de pronto, rasga el aire con su ...

-
Ayer anduve por nuestros lugares. Me senté en nuestro banco y miré el mar por las dos. Sentí que de nuevo estabas a mí lado cogiéndome la ...
-
Esta tarde, después de comer, he cerrado un rato los ojos y he tenido un viaje astral. Juanan que es muy prosaico dice que solo me he do...
-
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
No hay comentarios:
Publicar un comentario