Vida nueva

 

Estaba yo tirada en el sofá como todos los días después de comer, cuando me puse a pensar en mí divorcio; fue algo así como " Crónica de una muerte anunciada " . No me cogió por sorpresa lo que me dijo, pero sí, la forma en que me lo planteó con eso de " no sos vos, soy yo " o lo que viene a ser en castellano: tú te mereces algo mejor y yo también y por eso creo que nos debemos separar. Todo eso dicho después de llevar meses toreándome con otras dos señoritas, cosa de la que me enteré más tarde. Pues todo eso pensaba yo en el sofá y debajo de una batamanta cuando me dió la ventolera de arreglarme y salir a la calle. Primero pensé ponerme un vestido de Adolfo Domínguez, monísimo por cierto, después algo más sencillito como una falda larga tipo boho y un jersey y al final me decanté por pantalones de cuero negro con camisa blanca y chaqueta también de cuero. Ah, y botas militares y cascos para oír mi música que puede oscilar entre un Guru Guita tibetano y Mozart pasando por Rosalía. Así me fui a la calle y al mirarme en un escaparate hasta daba el pego. Cogí calle arriba pisando fuerte con mis botas, como diciendo: os susquitáis u os susquito. Tiré pa'lante y ya empecé a notar que mi gran personalidad hacía efecto. Al doblar una esquina me tropecé con un maromo más o menos de mi edad ( sesenta años, uno arriba o uno abajo ) que me pareció mono, con su barbita ya casi blanca, sus sienes plateadas y unos ojos azules como el mar que se apreciaban con dificultad tras unas gafas de " rompetechos ". Al mirarme me sonrió con una preciosa dentadura, que se veía que era de las caras, y me dijo : perdone hermosa dama, le pido mil disculpas. Yo me quedé como idiotizada y solo puede articular un sencillo " ¿ lo cualo ? ". Al final llegamos a un entendimiento. Él me invitó a un café y yo accedí. Ahora son las cuatro de la mañana y tengo los ojos como dos platos llanos 👀. Esto de ligar es muy complicado sobre todo si te tomas un café después de las siete de la tarde.