Mi cabeza ya no es mi cabeza, es más bien un remolino turbulento de materiales en suspensión. Nubes densas de pensamientos, recuerdos, proyectos de futuro con poco futuro. Me asusto y la conciencia y la consciencia se me confunden. De repente un proyectil me entra por el pecho y me traspasa pero no noto dolor. Me miro y solo veo un pequeño agujero del que sale humo blanco y pienso que eso debe ser la vida que se me va volando. Las piernas me flaquean pero no me caigo, consigo un equilibrio sinuoso que me sostiene. Los brazos son como de lana blandita incapaces de sujetar nada. Supongo que esto es lo último antes de deshacerme de la energía que me queda y que ya mismo será una con el universo.
lunes, 25 de diciembre de 2023
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