El dÃa de mi confirmación fue inolvidable. Todas en la iglesia de Gamarra, preciosa por cierto, con los uniformes impecables, los zapatos limpios ( creo que fué la única vez que los llevé brillantes ), ese coro cantando y todas cuchicheando en que consistirÃa ese actos. Las más afines a la religión lo sabÃan, yo no. Nos contaron que te hacÃan una señal con el oleum y después una bofetada. ¿ Una bofetada ? Si, eso nos dijeron. Y ya estábamos elucubrando y viendo con nuestra mente calenturienta como el cura nos aplaudÃa la cara. Además tenÃas que estar muy atenta porque no llamaban por curso sino por una lista que no sé que orden seguÃa. Yo ya me andaba haciendo pis, como siempre, y cuando ya no podÃa más van y me llaman. Yo que salgo al altar haciendo contorsiones con las piernas pa no mearme. Subo dos escalones y me arrodillo, miro de reojo a la compinche que se está partiendo de risa y zas... se abrieron de golpe las compuertas. Me hacen el signo, me dan la torta y cuando me voy a levantar para irme veo como el pis ya ha bajado los dos escalones antes que yo. Un dÃa asà no se olvida 🤣.
Aclaración : yo por aquel entonces me iba meando por las esquinas y la causa era que me habÃan operado de apendicitis y no podÃa contraer los músculos pélvicos. Bueno, eso y que siempre he sido muy meona 🤣
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