miércoles, 6 de marzo de 2024

Aquellos años de colegio


 

Debo reconocer que los mejores años de mi  adolescencia los pasé en un colegio de monjas. Si si, yo que soy más atea y roja que la sangre me lo pasé en grande en Gamarra de los 12 a los 16 años. Me junté con otras tres amigas y formamos el cuarteto de la muerte. Los miércoles le tocaba hacer la misa a mi curso ( unas 42 mujercitas todas de uniforme ). Lo mejor era tramar un plan para escaparnos. Lo normal y dado que cerraban todas las puertas, era pasar en plan comando, es decir, tirándonos al suelo, por clausura. Todo bien hasta que nos daba la risa y salían las monjas de sus habitaciones. A alguna la pillaron por la coleta más de una vez. Los días que la monja nos vigilaba más de cerca, nos llevábamos provisiones para la misa, esto es : caramelos varios, kikos, refresco y todo lo que podíamos meter de contrabando. ¡¡ No imagináis el ruido que hacen los kikos cuando los masticas mientras el cura está a lo suyo !!. Otro día nos quedamos por los jardines que eran preciosos y grandes a hacer el ganso. A la más alta de las cuatro la convencimos para que se subiera a un árbol a coger fruta, creo que eran nísperos, con la condición de avisarla si venía alguien. Allí estaba la pobre encaramada cuando las de abajo vemos venir a una monja gritando. Con los nervios, quiero pensar, se nos olvidó avisar a la del árbol y solo se nos ocurrió escondernos detrás de unos setos. Cuanto más gritaba la Sra. madre, más nos reíamos ( más de una vez mojé las bragas. Siempre he tenido el muelle flojo ). La pobre amiga bajó del árbol como alma que lleva el diablo pero para mí fué un gran día 🤣. Y así pasaron los años hasta que llegué a C.O.U. y me invitaron a salir del colegio por lo que tuve que hacerlo en un instituto pero aquellos años fueron espectaculares. 

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