La pena negra es más que una pena.
Es una pena sin esperanza, desalentada, eterna.
Es el ir sabiendo que no hay vuelta.
Es volver cuando ya no queda nadie para darte la bienvenida.
La pena negra se agarra al alma con sus uñas negras, sus dientes negros, sus manos sucias.
No te deja avanzar ni quedarte, te inmoviliza con cadenas de lágrimas.
Se hace trinchera y te dispara granadas de dolor hasta que te rindes, te arrodillas y mueres.
Qué triste te veo
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