Mare mía, aquí no hay quien descanse un fin de semana. El vecino con el taladro a to hora, que no sé yo pa que tiene que pasearse por la casa con él con lo inútil que es. Después el Paco cantando en la casa de Melilla, las dos canciones que tiene en su repertorio: Campanera y Mi gran noche. Y de ahí no lo sacas, encima, como le aplauden, se cree que lo hace bien y repite. No se entera que es pa que se vaya y deje de cantar. Y ahora aparece el camión del tapicero. Que bonito, por dios, y que típico de esta tierra que se te pare debajo de la ventana a las tres de la tarde con el altavoz a to trapo diciendo: Ha llegado a la ciudad el camión del tapicero. Que bonito, que bonito, eso debería ser patrimonio inmaterial de la humanidad reconocido por la UNESCO. Y ya si eso nos echamos la siesta otro día que está muy sobrevalorada.
domingo, 21 de abril de 2024
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