He vuelto al sitio donde dejé de ser. Me he colado por debajo de la puerta y veo que toda la casa sigue igual: el sofá rojo de terciopelo, el mueble oscuro del salón que ocupa toda una pared, la cocina siempre punto de encuentro con la familia, la sala de estar con el viejo televisor... Todo igual que aquella mañana de domingo en que todo terminó. No sé qué hice mal aquel día para que empezaras a insultarme. Los primeros improperios ya los conocía de otras veces y los aguanté con estoicismo pero seguiste alzando cada vez más la voz y a soltar insulto tras insulto. Después sentí que el oído izquierdo me reventaba y la cara me ardía así que quise refugiarme en el cuarto de baño como otras veces pero una nueva carga de puñetazos me cayó encima, tropecé con el escalón, perdí el equilibrio y fui a dar con la cabeza en el borde de la ducha. Empecé a ver una niebla rojiza que me envolvía y casi me alegré porque enseguida sentí paz y un desvanecimiento gustoso. Después ya todo fue nada. Ahora que soy solo niebla vuelvo aquí para exorcisar esta casa maldita.
sábado, 29 de junio de 2024
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