Las cuatro

 - Hola chicas, buenos días 

- Hija, Lozana, ¡que piel más bonita tienes !. Como se nota que te tienen bien contenta. En cambio yo más arrugá que una pasa.

- Porque tu quieres Angustiada. Ya sabes que siempre hay un roto pa un descosío 

- ¿ Y yo que soy el roto o el descosío ?

- Tú eres la tonta.

- Gracias Histeria, yo también te quiero.

- Es que pa una vez que te sale un pretendiente, le dices que no.

- ¿ Te refieres al mecánico ?

- Po si

- A ese le gustaba más una llave inglesa que yo. Una vez me llevó a tomar un refresco y no me dejó quitarme la mascarilla, decía que con el gorro, las gafas de sol y la mascarilla estaba más guapa. Y me sentó de espaldas a la gente.

- ¿ Y como te tomaste el refresquito ?

- Por una oreja.

- Hija, que arte

- Angustiada a ese no le des ni agua.

- Ya te digo. Pa un hombre así, mejor sola

- Po mi Antonio es un amor. Me tiene como una reina 

- Si si, a ti del guarrito hasta los andares.

- ¿ Y tu, Pérfida, hoy no tienes na que contar ?

- Ummmmm 

- Pérfida estás cómo ausente

- Es que no he venido hoy

- ¿Y eso ?

- Mi Antonio que me ha dicho hoy un piropo y estoy mosqueá.

- Hija, no será la primera vez que te dice algo bonito...

- No, mi Antonio siempre ha sido muy cariñoso hasta hace 20 años que se cayó de la silla y dijo que había sido culpa mía.

- Endevé que cosas.

- ¿Y era verdad ?

- ¿El que ?

- Que fué cosa tuya. Que te conozco, eh 

- Bueno... Yo solo le quité una pata a la silla

- ¿ Seguro que fué solo una ?

- Bueno, dos, pero antes de sentarse hay que mirar

-¿ Y pa que querías tú las dos patas ?

- Pa ponérsela a otra silla que se me había quedado coja.

- Pobrecito. ¿ Y de eso se quedó calvo ?

- No, de eso se quedó tonto. Lo de la calva le viene de chiquitillo.

- Po mi Antonio está guapísimo calvo.

- Tú Antonio es calvo de rodapié.

- ¿ Eso que es ?

- Tú míralo bien.

- Hija, que retorcida eres.

- La vida que me ha hecho mala.

- Si si, la vida. Tú naciste bruja.