Acaba de empezar el verano y ya hace un calor infernal. Estoy tumbada en la cama con el ventilador puesto, voy cerrando los ojos poco a poco y noto como por la nariz se me va metiendo un olor a verano y vacaciones de mi niñez. Después de la función de fin de curso en el colegio todo era juego y alegría. Yo tenía la suerte de conservar a mis amigas del cole durante el verano más todo aquel o aquella que viviera en el barrio y se juntará en la pandilla que llegábamos a juntar de unos veinte. No había móvil, ni tablet, ni videojuegos. Lo que sí había era : bici, patines, elástico, comba, guiso, pillapilla y todo lo que se nos ocurriera. Ya podía hacer 40* que no faltábamos a la cita. De vez en cuando subíamos a casa a beber y refrescarnos la cara. Mi madre, indefectiblemente, siempre decía: ¡ Pero chiquilla que te va a dar una alferecía!. Yo no sabía que era eso pero durante diez minutos me sentaba a descansar hasta que pensaba que ese monstruo ya se había ido y seguía corriendo. Lo teníamos todo y no lo sabíamos. Felices vacaciones
domingo, 22 de junio de 2025
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