Todo empezó donde acaban las historias, en una estación de tren. Alguien que busca a alguien que quiere ser encontrado. Un achuchón que se pide y un abrazo que se da. Conversaciones eternas, sueños que se cuentan, miedos que se tienen y esa espera desesperada. Hasta que al fin no hay más estaciones, ni despedidas, ni " volveré pronto " y todo queda en un recuerdo dulce. La convivencia empezó a dar sus frutos y con el paso del tiempo se afianzó. Ya nadie despedía al otro en una estación. Nos convertimos en pareja de uno más uno. Cada cual creciendo en singular pero amando en plural y así seguimos años después.
Dieciocho años después
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