Los atardeceres siempre se llevan algo. Se llevan la vitalidad de las mañanas, las ganas de vivir, las energías, la luz del sol y a tí que vuelves a tu vida con ella. Yo me voy a mi casa y me encierro sin respirar apenas y esperando que la noche me sea benévola hasta mañana que volvamos a encontrarnos.
sábado, 25 de mayo de 2024
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