Historias del día a día de una loca normal y corriente
A veces cierro los ojos y pienso que soy una cometa. Una bien grande y bonita, muy colorida y con una cola, larga larga. Me dejo llevar por el viento y veo el campo verde, los bosques frondosos, incluso el mar. Las aves vienen a saludarme y jugar conmigo; las nubes bajan para acompañarme y yo me siento feliz y libre, pero no lo soy y pronto noto como la cuerda no da para más y vuelvo a bajar para que me guarden otra vez en un trastero hasta la próxima vez.
El hacha cortó de un tajo el azul del mar y sus olas tiñeron de rojo la arena blanca. La niebla cegó el sol y una paz absoluta cubrió un cuerpo herido y desmadejado. Ya era otro momento, otra hora y otra vida ; despertar hubiera sido casi obsceno porque lo que se hace hay que mantenerlo, así que, allí me quedé en esa playa de sábanas blancas hasta que la noche me acogió entre sus brazos acunándome hasta que todo terminó.
Me miras pero no me ves.
Tú mirada me atraviesa como un rayo de sol el cristal .
¿ Tan poca cosa he sido para tí?.
¿ Tan poco calor te di que tu frialdad aún congela ?.
Sigo mi camino con la vista puesta en el pasado.
Intento recordar en que fallé pero mi cabeza se ha ido detrás de tu desprecio.
¿ Quien he sido?
¿ Quien soy ?
¿ Quién seré ?
Solo la sombra que te sigue a todos lados.
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a miedo. Se me dispara la adrenalina mientras veo que hay una silla mal puesta, como aguantando el cansancio de alguien. Enseguida pienso en las hadas traviesas que siempre merodean por aquí pero es imposible, ellas son demasiado etéreas para dejar huella. Me asomo a un espejo y alguien que no soy yo me mira. Es una cara extraña, con ojos desmesurados, piel acartonada y la boca fruncida. De pronto noto que las paredes se van moviendo, quieren atraparme ; los cristales se han vuelto opacos y ya no puedo mirar la jacaranda del jardín que siempre me acompaña con su baile de flores. Mi cuerpo empieza a cambiar, se encoge y retuerce y en medio de esa transformación pienso en Gregori Samsa. ¿ Sentiría lo mismo que yo en su deformación ?. Ya apenas soy una uva arrugada que desaparece con el primer soplo de viento.
Como siempre, has vuelto sin avisar
Como siempre, me has cogido desprevenida
Como siempre, me has hecho llorar
Como siempre, me has bajado a los infiernos
Como siempre, te has ido y me has dejado sola, triste y desmadejada.
Pero escucha bien lo que digo : esta ha sido la última vez porque ahora tengo una vida y sé como usarla.
Y de pronto cientos de soles incendiados cayeron sobre nosotros dejando el cielo sin luz. Corrí, me escondí, volví a correr... Todo fue inútil. Desde un plano cenital vi como mi cráneo era aplastado por un piedra enorme. Mis sesos se estamparon contra un trozo de muro que nadie pensó que siguiera en pie, formando un grafiti siniestro. Mis manos amputadas de mis brazos y estos de mi cuerpo. Mis pies vacíos de zapatos y de piernas.
¿ Quién ha mandado esto?. ¿ Tu Dios?. ¿ Mi Dios?. No, algo más fuerte que cualquiera de ellos: el odio del hombre.
De pronto, Lucía escuchó un crack aterrador, le pareció que todos los cristales del mundo habían estallado. Miró a su alrededor y se s...
