viernes, 3 de agosto de 2018

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Otra vez al Vete


Que fuerte, que fuerte, que fuerte lo que os voy a contar. Una mañana tempranito me sacaron como siempre para hacer mis cositas en la calle y ya estaba todo relajadito en mi sofá cuando vino mi hermanitohumano, David, y me puso otra vez el arnés. Yo contentísimo de que me volviera a sacar aunque no entendía bien por qué esas prisas. Totá, nos fuimos dando un paseíto hasta el Vete y entramos, yo estaba ya más mosqueado que un pavo oyendo una pandereta. Estuvieron hablando un ratillo y me dejaron allí solito.


Al la mijilla vino una señorita muy amable que me afeitó una piernecilla y me puso algo. Empecé a quedarme dormido y así debí estar un buen rato porque cuando desperté noté algo muy raro. Me dolía la entrepierna, miré y OOOOHHHH ¡ que me habían dejado nenuco o como se diga ! Pero esto como puede ser? No me lo esperaba de ellos !!!. Ahora entiendo muy bien a mi amigo Vader, me habían hecho lo mismo.

Que sí que será por mi bien y to lo que tu quieras pero eso no se le hace a un macho y más en plena adolescencia cuando más los necesito. Me llevaron a casa, ahora sí vino a recogerme mi mami con mucha cara de circunstancia.

Me echaba en el sofá, me levantaba pero las piernas no me respondían, otra vez al sofá y de allí a la cama. Un drama total. En un ratito se me pasó todo y ya corría por la casa pero cada vez que me acordaba me entraba una pena muy grande. Ya no miro tanto a las perrillas, ni marco los arboles y lo peor es que ladro como Farinelli :(

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