Las esperas son más desesperadas cuando presientes que la persona esperada no va a llegar y deseas que el tiempo pase más deprisa. Para eso te pones a dar vueltas por la casa, hablando sola y removiendo por aquí y allá cosas hasta que ya no puedes más y pegas la nariz al cristal de la ventana hasta que anochece. Es entonces cuando te haces experta en distinguir los coches por la luz de sus faros y ves pasar uno tras otro pero nunca es él. Los ojos se cansan de mirar y el corazón se descorazona y te apartas con lagrimas en los ojos hasta el próximo día que volverás a hacer lo mismo.
lunes, 2 de octubre de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un día tranquilo
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...

-
Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
-
V enid, hermanas, venid Os necesito He vuelto a caer y yo sola no puedo con este peso He llorado lágrimas secas, vomitado sollozos mudos d...
-
A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario