Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventilador de techo ( de otra forma es imposible leer ) me dispongo a echar una cabezadita. La calle está en silencio y veo el momento apropiado. Cierro los ojos, hago varias respiraciones para relajar el cuerpo y ya... ya empiezan los ruidos. Alguien tira algo al contenedor y deja caer la tapa sin piedad, alguien da un portazo en el portal y tiembla hasta la cama, alguien habla por el móvil aunque grita tanto que no le hace falta el susodicho, alguien da un frenazo y pita a alguien... Yo sigo respirando haciendo como que no me afectan los ruidos... Un perro ladra a lo lejos y el mío sale al balcón a pedir explicaciones y ya solo se oyen ladridos por todos lados. Sigo respirando para relajarme cada vez más rápido y más profundo. Ahora viene una ambulancia con la sirena puesta, pobre quien sea el paciente. Ah no, es el vecino que viene a darle un recao a la mujer y por lo visto es urgente: que no se olvide de lavarle la ropa del trabajo, le dice por el balcón y se va también con la sirena puesta. Sigo respirando profundo para relajarme pero ya no me relajo. Tengo un leve mareo, hiperventilo, la adrenalina se me dispara y de un momento a otro voy a sacar la cabeza por la ventana y a chillar como una loca. Dejo la siesta para otra tranquila tarde de verano y voy a tomarme un trankimazin
lunes, 21 de julio de 2025
viernes, 18 de julio de 2025
Corazón roto
De pronto, Lucía escuchó un crack aterrador, le pareció que todos los cristales del mundo habían estallado. Miró a su alrededor y se sorprendió de que nadie hiciera nada, como si solo ella lo hubiera oído. Sintió un dolor en el pecho y se dió cuenta de que él acababa de entrar de la mano de una mujer espectacular en la sala. Se vio muy pequeñita y rota aunque no sangraba por ningún sitio. Entonces entendió que lo que se había roto era su corazón. Ahí estaba en el suelo hecho mil pedazos y pisoteado por todos.
lunes, 14 de julio de 2025
Espíritu libre
Andaba yo dando un paseo con mi música puesta y mirando al frente cuando de reojo vi que algo parecido a una pelusita esponjosa se movía en el suelo. Al principio creí que era el aire pero no había así que me agaché y vi, no sé, algo que trataba de moverse. La recogí entre mis manos, pesaba menos que una pluma y la llevé a casa. Allí la cuidé, la atendí y le di cariño, no me pedía más, y un día la vi flotar por la habitación y me contó que era un espíritu libre que se había quedado a mitad de camino pero ya estaba dispuesto a seguir. Me dió mucha pena porque yo también tengo un espíritu libre que de momento no se atreve a volar. Subí a la azotea y abrí mis manos para dejarlo libre. Voló y voló y dejó la llamita de la libertad prendida en mí.
viernes, 11 de julio de 2025
Volver de nuevo
No quiero amarte porque sé que después tendré que olvidarte para poder recordarte de nuevo y volverte a amar. Mi tiempo ya es otro. He cerrado la puerta y aquí solo estoy yo, no doy paso a nadie. Déjame sola, no me avasalles, no quiero sentir mariposas en el estómago, eso es para quien cree que amar es maravilloso y no tiene miedo. Después vienen las heridas y todo se vuelve negro, no se atisba el horizonte, te sientas en un bordillo de la acera a esperar que alguien te recoja. Muchos amores pasaron por mí dejando manchas como una procesión de penitentes deja cera en la calzada.
miércoles, 9 de julio de 2025
Un verdadero pirata
Vicente era un auténtico pirata, tenía su pata de palo, un parche en el ojo izquierdo y un loro en un hombro. Cada vez que iba a la cantina a tomar ron de cuba contaba unas historias extraordinarias de " sus aventuras " a través del mundo. Solo un pequeño inconveniente le entristecía: vivía en un pueblo de la Mancha y nunca había visto el mar.
lunes, 7 de julio de 2025
Esos maduritos interesantes
Últimamente me gusta mucho salir a pasear sola; me planto unos zapatos cómodos y me enchufo mi música. Tal cual iba el otro día por la Alameda cuando me adelantó por la derecha un armario de dos por dos con piernas. Al principio no le presté atención pero luego me di cuenta que tenía un culito respingón de pecado. Aceleré el paso y ahora fui yo la que lo adelanté y cuando llevaba unos cuantos metros por delante me volví y quedé hipnotizada por esa imagen. Un cuerpo apolíneo, unos ojos negros con pestañas como dos abanicos, unos pectorales que sugerían cosas, y de cintura pa'bajo ejem ejem y ejem. Él paró en seco y muy caballeroso me dijo : ¿ señorita, sí, me dijo señorita, le pasa algo ?. ¿ A mí, por qué tiene que pasarme algo ? Contesté. No, solo que se le han salido los ojos de las cuencas, se le ha caído la mandíbula a la altura de las rodillas y le sale un hilito de baba por la boca, dijo. Yo al escuchar esa voz aterciopelada empecé a mover las piernas y el pecho me latía tan fuerte que casi le alcanzaba a él. El pobre hombre pensó que tenía un ataque epiléptico y me metió entre los dientes un bolígrafo Parker que llevaba en el bolsillo. Yo solo veía al dios Apolo, al David de Miguel Ángel y a William Levy todo en uno. Al final pude articular algunas palabras y le dije : no se preocupe, es que soy extranjera y este comportamiento es normal en mi país y sin más salí corriendo y ya no recuerdo nada más. Ahora estoy sentada en la estantería de objetos perdidos de correos esperando a que alguien me reclame.
sábado, 5 de julio de 2025
Una noche ardiente
Anoche quise que fuera especial, así que, preparé el dormitorio con velitas y varita de incienso. Cuando Juanan apareció ya lo esperaba yo sentada en la cama, como olió el incienso, se puso a cantarme una saeta. Yo un poco confusa le recordé que ya no era virgen y el me miró anonadado y como haciendo memoria me dijo: es verdad que un día lo hicimos. Bueno, sobre eso corramos un tupido velo. Sí sí, corramos y a ello nos pusimos. Se acuesta a mí lado y yo, muy cinematográficamente, apoyo mi cabeza en su pecho. Se me mete un pelillo suyo en la nariz y me da picor a la vez que con la oreja hago ventosa. Sí, así estamos bien, pienso, pero por otra parte me sobra un brazo y no sé cómo ponerme. El pelo sigue en mi nariz y me dan ganas de estornudar. Attttchis y apago la mitad de las velitas y la otra mitad vuelan hasta las cortinas y prenden. Para no tardar mucho os cuento que el final de la noche fue muy fogosa y caliente bomberos incluidos.
martes, 1 de julio de 2025
Así me gustas
Me gusta la playa cuando ya se van todos y la dejan sola. Sola con su amor el mar que en cada ola le regala un encaje de espuma y bailan una especie de tango sensual, de idas y venidas. Por fin, están juntos, sin curiosos que miren y se pueden contar melosos sus amores, sus soledades, sus secretos. Más tarde vendrá la luna para iluminar el escenario donde seguirán bailando hasta el amanecer.
Un día tranquilo
Son las cinco de la tarde de un martes del mes de julio. Calor, por supuesto. Después de haber leído un buen rato debajo de un gran ventil...

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Como cualquier tarde entro en casa pero hoy noto algo especial, ya lo sé, hoy solo es casa y no hogar. Huele a vacío y soledad y hasta a m...
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V enid, hermanas, venid Os necesito He vuelto a caer y yo sola no puedo con este peso He llorado lágrimas secas, vomitado sollozos mudos d...
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A mis casi 66 años he asimilado muchas cosas: mis arrugas, mi flacidez, mi celulitis, mi memoria cada vez más frágil... Pero lo que no termi...