No estoy conforme con mi edad, no señor, no lo estoy y es que mi mente sigue maquinando cosas que mi cuerpo ya no puede hacer. Por ejemplo, el otro día estaba demasiado tranquila así que me puse a ver videos de yoga. Vi un ejercicio que me llamó la atención porque aparentemente era fácil y sirve para flexibilizar la espalda. De repente apareció un enanito rojo en mi hombro izquierdo que me decía: " venga que tú puedes hacerlo " y enseguida me brotó una gran sonrisa. Al instante me apareció su antagonista, un enanito blanco en el hombro derecho que me dijo : " ten cuidado que ya no tienes edad de eso ". El ejercicio en sí consiste en tenderme en la cama pero de cintura parriba en el aire e ir arqueando la espalda tirando de Core hasta tocar con la cabeza en el suelo. Yo que siempre tiro a la izquierda, le hice caso al enanito rojo y me puse en posición pero se ve que mis piernas no estaban de acuerdo con la situación y conforme yo iba con la cabeza al suelo las piernas venían detrás. No sé cómo en tan poco recorrido, de la cama al suelo, tuve tiempo de dar una trecha y caer sobre un taburete que tengo junto a la cama. En ese momento perdí el norte y solo veía brazos y piernas fuera de lugar. Apenas me salía la voz del cuerpo y como puede dije : ay... ay... ay esperando que vinieran a socorrerme los que estaban en el salón pero estos acostumbrados a mis fenómenos paranormales no me hicieron ni caso. Como un escarabajo cualquiera, me di la vuelta y entre risas y llantos fui a increparlos: ¿ Es que no habéis oído nada ? dije yo muy enfadadita. Sí pero ya estamos acostumbrados a tus experimentos, contestaron y me fui cantando bajito.
